El carrete tailandés es una técnica sexual para la intensificación del orgasmo que consiste en insertar un rosario (hilo con bolitas) en el recto de la pareja, y después retirarlo cuando esta se acerca al clímax, ya sea durante el coito, la masturbación o la practica del sexo oral. Esta técnica aporta placer estimulando las terminaciones nerviosas que se encuentran en el esfínter anal. En el caso del hombre, puede además estimular indirectamente el punto P. Las sensaciones de placer dependerán de la forma en que se extrae el rosario, pudiendo variarse la velocidad de extracción o bien sacarse con pequeños movimientos circulares. Este juguete debe usarse acompañado de algún lubricante.
En el mercado existen bastantes productos de este tipo, siendo posible encontrarlos con los nombres cadena anal, bolas tailandesas o bolas anales; en el mundo anglosajón se conocen como anal beads o thai beads. No obstante, para esta práctica también se puede emplear un pañuelo, preferiblemente de seda, al que se le hayan realizado diversos nudos. A esta variación se la conoce en España como el carrete filipino, parece ser que por haberla puesto de moda entre sus amantes y maridos la modelo de origen filipino Isabel Preysler. Además, en la película Amantes (1991) se mostraba a Victoria Abril practicándola con Jorge Sanz.
El ripple anal es una combinación entre un dildo y un rosario anal.
Las bolas chinas
Las bolas chinas son dos bolas unidas mediante un hilo las cuales la mujer se introduce en la vagina para su estimulación genital. También son llamadas bolas de geisha o bolas vaginales; en el mundo anglosajón se conocen como geisha balls. Un tipo especial son aquellas bolas que están huecas y llevan en su interior otras bolitas más pequeñas; así, ante cualquier movimiento las interiores chocan con las exteriores y el conjunto vibra dentro de la vagina, produciéndole sensaciones muy placenteras a la mujer. Estas son conocidas como bolas Ben Wa, pudiéndose encontrar también bajo el nombre bolas Duotone. Además, existen otras de menor tamaño para ser introducidas dentro del recto.
Este juguete también se emplea para realizar ejercicios con los que fortalecer los músculos del piso pélvico, así como incrementar la elasticidad vaginal y el control de la vejiga urinaria (de forma parecida a como lo hacen los ejercicios de Kegel y Annon). Se dice que las geishas usaban estas bolas para aprender a controlar los músculos vaginales, con el objeto de ejercer una mayor presión sobre el pene durante el acto sexual y ayudar al orgasmo del varón: un viejo truco que las prostitutas usan actualmente para reducir la duración del coito con sus clientes.
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